Recordando esos comerciales que te sacan una sonrisa y algo de nostalgia, me acordé de una divertida campaña que se realizó para el chocolate Chin Chin.
Aunque en su momento fue un poco criticada en los 90´s, no vamos a decir que aporta una gran cuota de humor. La idea es genial y divertida, mostrando que con una buena idea, poco presupuesto y un cliente abierto a nuevas experiencias se pueden lograr cosas buenas. ¿No creen?
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